10 de enero de 2012

La dama Streep

"La dama de hierro", dirigida por Phyllida Lloyd y protagonizada por Meryl Streep, me aburrió soberanamente a pesar de la extraordinaria interpretación de la Streep que, con toda seguridad, consiga su tercer Oscar. De hecho, el mayor o menor éxito que pueda tener esta película se lo deberán sus productores al gancho publicitario de la actriz estadounidense que consigue transmitir de su personaje, Margaret Thacher, cierta conmiseración de la cual no hizo gala durante su mandato la férrea primera ministra británica, en el periodo del 79 al 90. La película es plana, lineal en sus propuestas y poco explícita en aquello que quiere contar, solo consigue cautivar -ya digo-, la interpretación de la Streep, caracterizada magníficamente para la ocasión. Los hechos históricos se traducen en una secuencia de imágenes inconexas y la psicología del personaje a penas da pistas sobre el porqué de los sucesos que se nos narran y sus consecuencias. No conseguimos saber gran cosa sobre la humanidad del personaje, ni mucho menos su traducción histórica. Y acaba la película tal como empezó, con la dama Streep deambulando por la pantalla, en un ejercicio encomiable de profesionalidad y rigor interpretativo.

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