20 de enero de 2010

Tony Gatlif, un creador libre


Me gusta el cine de Tony Gatlif. Desde que le descubrí en "El extranjero loco" y tuve la oportunidad de conocerlo personalmente cuando vino a Valencia a presentar su película a finales de los noventa, he quedado hechizada y me confieso fiel admiradora. Disfruto muchísimo con sus películas. Es casi una debilidad. Suele pasarme esto en contadas ocasiones, con creadores que son como sus obras, que casi consiguen minetizarse, que sus películas se conviertan en un apéndice. Gatlif es uno de ellos. Gatlif tiene un rostro mestizo, una personalidad magnética, como sus películas. Gatlif vivió una vida al límite antes de rodar, como sus personajes: hombres y mujeres en el precipicio, apasionados, libres, que no se rigen por normas, intuitivos, héroes románticos que viven en la marginalidad y que se mueven por instintos muy básicos, casi primitivos, sin pasar por el tamiz de lo establecido o políticamente correcto.
Por esto me gusta el cine de Tony Gatlif, por que es como una bocanada de aire fresco, como un viento fuerte que sopla las melodías que él mismo compone, notas pegadas a su origen romaní y que se ensamblan a la perfección a las historias que cuenta. Logran convertirse en un actor más, con un protagonismo más que extraordinario. Me gusta ver como todos sus personajes corren de forma desesperada en algún momento del filme articulando, de esta manera, una bella metáfora sobre la huída, y me gusta ver como aman en un estado puro de entrega que va más allá de cualquier convencionalismo. Me gusta verlos gritar cuando ya no pueden más, liberando sus miedos, y me gusta ver como hacen el amor, casi de una forma animal, desatando sus pulsiones más básicas; y me gusta verlos entragados a creencias basadas en una espiritualidad terrena, alejada de dogmas.
Este creador argelino-francés, músico, director, productor, guionista, actor, se sirve del pueblo gitano para bucear en el nomadismo como forma de entender la vida y utiliza los caminos, las carreteras, los bosques y prados como escenarios naturales elaborando un discurso a favor de una vida más enraizada a la Tierra. Por todas estas cosas me gusta el cine de Tony Gatlif, porque intuyo que la libertad de la que hacen gala sus personajes es la misma que tendrán los actores a la hora de rodar y la misma que hace suya el director en una honestidad artística y personal que trasciende la pantalla. Y me gusta especialmente el cine de Tony Gatlif porque da a sus personajes femeninos un rol destacado. Muestra a las mujeres como seres humanos en busca de su propia esencia, en busca de una amor puro, nada edulcorado o romántico.
Y me gustan principalmente "El extranjero loco", "Exils" y "Transylvania". Especialmente estas dos últimas que se sitúan en tierras bellísimas de Argelia y Rumanía, y donde Gatlif desarrolla a raudales su imaginario cinematográfico.
¿Y porqué más me gusta el cine de Tony Gatlif? Pues por que es un creador libre, y con eso lo digo todo.

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