18 de diciembre de 2009

Charlotte Rampling, la actriz de hielo


En una reciente entrevista con motivo del estreno hoy en España de una de sus últimas películas "Quelque chose a te dire" (Francia, 2008) (falta por estrenar la que es su última cinta "La femme invisible" (Francia, 2009), la actriz británica Charlotte Rampling reconoce estar mejor dotada para interpretar papeles de mujeres frías, un registro que en el que se encuentra segura y que repite una y otra vez reinventándose de nuevo en cada personaje. No lo había pensado pero es cierto, la mayor parte de los personajes que ha interpretado esta actriz, a la que he seguido en su trayectoria con especial interés, son mujeres gélidas, personajes esculpidos con hielo y difíciles de derretir aún con el fuego más abrasador.
Me estoy acordando ahora de la profesora de Universidad que se marcha a Haití de viaje de placer para disfrutar de los favores sexuales de un joven lugareño que comparte con otras mujeres en un hotel de lujo, en la película de Laurent Cantet "Vers le sud". Esta mujer representa en su frialdad y distanciamiento el Norte satisfecho y poderoso que, sin ningún tipo de escrúpulo, arrasa el Sur, miserable y necesitado, encarnado en los efebos que compran por unos dólares y tres comidas diarias. Es la misma frialdad con que aborda su propia existencia carente de motivación y de estímulos vitales. Charlotte Rampling resulta totalmente creíble en un papel, ya digo, durísimo. Esa misma mujer podía ser también la escritora carente de ideas y hastiada de su propia vida que se refugia en una casa de veraneo de la campiña francesa en busca de la inspiración en la película de FranÇois Ozon "Swimming pool". Y también podría ser la esposa desesperada por la desaparición de su marido en otra película de Ozon, la titulada "Sous le sable". Mujeres devoradas por sus propios fantasmas y que se defienden de ellas mismas bajo ese manto de hielo.
Aunque en sus últimas películas, en su regreso a la gran pantalla tras la depresión nerviosa que le alejó de los cines durante quince años, está trabajando con directores jóvenes, realizadores franceses, generalmente, que la buscan intencionadamente, Charlotte Rampling ha rodado a las órdenes de algunos pesos pesados del celuloide. Con Woody Allen hizo "Stardust Memories" (1980) y con Luchino Visconti rodó en el año 1969 "La caída de los Dioses".

La realizadora italiana Liliana Cavani le dio la oportunidad de interpretar a Lucia Atherton y que quedara en nuestra retina una imagen suya asociada a su interpretación de la joven judía que mantiene una "peculiar" relación con su torturador nazi, en uno de sus papeles más osados. A la pregunta que le han hecho en un periódico recientemente sobre si "elegiría hoy un proyecto tan extremo como Portero de noche, por el que se la sigue recordando en todo el mundo?", ella contesta:
¿A mi edad? No lo sé, puede que sí. Sigo eligiendo con el mismo criterio, aunque con los cambios que implica la edad. Mis impulsos interiores siguen siendo idénticos, aunque en una versión más calmada. Me sigue gustando el riesgo, pero tengo menos ganas de cambiar el mundo o de enfrentarme a obstáculos de forma permanente. Soy algo menos aventurera, excepto cuando llega a mis manos un proyecto realmente interesante.
Me gustaría saber cuantos de los proyectos que le han llegado a sus manos en todos estos años de trayectoria profesional, ha encontrado verdaderamente interesantes. Seguramente muchos menos de los que le hubiera gustado. Y eso el Cine se lo pierde. Porque esta actriz de hielo ha renacido del glaciar para goce de cuantos la seguimos. Como ella misma dice "renacimiento es una palabra muy bonita. Un artista siempre aspira a renacer varias veces en la vida".

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