En Europa, la Camorra ha matado más que todas las organizaciones criminales. Un total de 4.000 muertes en los últimos treinta años, lo que significa una muerte cada tres días. Scampia es la localidad con más tráfico de droga del mundo. Las ventas diarias por clan promedían los 500.000 euros. Si los residuos tóxicos tratados por los clanes fuera apilado alcanzaría una altura de 14.600 metros. El Monte Everest mide 8.850 metros. Ha aumentado el cáncer en un 20 por ciento en las zonas contaminadas por estos residuos. Las ganancias ilegales de la Camorra son reinvertidas en todo el mundo. La Camorra también ha invertido en la reconstrucción de las Torres Gemelas.
Con estos breves apuntes, y tras casi dos horas de durísimas escenas, finaliza la película “Gomorra” (Italia, 2008), de Matteo Garrone, basada en el best seller de Roberto Saviano, y que consiguió el Gran Premio del Festival de Cannes en su última edición. Se trata de una película que cuesta digerir por la crudeza y la sobriedad de una puesta en escena descarnada; una película valiente en cuyo guión han participado cuatro personas más, junto al propio Garrone y el autor del libro. Este hecho pone de relieve el laborioso trabajo en el que se han empleado al escribir un guión que, según el director de la película, resulta complementario al libro sin dar nombres o realizar una denuncia explícita de los hechos que relata. Se han limitado a retratar a través de cinco episodios la realidad del Sistema, que es como llaman en Nápoles a la Camorra: La droga en Scampia y el reclutamiento de niños para el mercadeo; la industria textil en Tersigno, realizada con sueldos miserables para luego ser vendida en las tiendas de lujo; o los residuos tóxicos que desde hace treinta años la Camorra entierra e incinera en muchas zonas del Casertano y la Campania por encargo de grandes empresas del norte del país. Estos son algunos de los temas que Garrone pone en imágenes con una cierta “mirada neorrealista”. Empresarios inmorales, jefes mafiosos, matones…, son algunos de los protagonistas, pero también un sastre, un ama de casa, un niño de a penas ocho o nueve años, un contable….personajes de carne y hueso, personajes reales que intentan sobrevivir en un mundo de criminalidad que más quisiéramos que fuera una ficción en la pantalla que una dura, durísima realidad en la que se ven inmersos día a día, en un país “civilizado” como Italia, y en un continente como el Europeo en el que no hay guerras “oficiales” en curso. Llama la atención como en varias ocasiones, dos de los protagonistas más jóvenes de la película exclaman enfáticamente la frase “Esto es la guerra!”, cómo justificando sus acciones y las del resto del Sistema. Terrorífico.
La película de Garrone es una muy buena oportunidad, finalmente, de desmitificar la imagen distorsionada que el cine ha dado del mundo de la mafia y de conocer de una forma honesta y valiente un fenómeno atroz, sobre un imperio criminal ya globalizado, como el de la Mafia, que va más allá de las ideologías y las fronteras, y al que no podemos dar la espalda. Saviano está amenazado de muerte por los bosses de la Camorra y vive con escolta a raíz de publicar su libro, el fruto de unas exhaustivas investigaciones sobre las que se ha basado esta película. Algo va mal en un país, que permite que esto suceda.
Con estos breves apuntes, y tras casi dos horas de durísimas escenas, finaliza la película “Gomorra” (Italia, 2008), de Matteo Garrone, basada en el best seller de Roberto Saviano, y que consiguió el Gran Premio del Festival de Cannes en su última edición. Se trata de una película que cuesta digerir por la crudeza y la sobriedad de una puesta en escena descarnada; una película valiente en cuyo guión han participado cuatro personas más, junto al propio Garrone y el autor del libro. Este hecho pone de relieve el laborioso trabajo en el que se han empleado al escribir un guión que, según el director de la película, resulta complementario al libro sin dar nombres o realizar una denuncia explícita de los hechos que relata. Se han limitado a retratar a través de cinco episodios la realidad del Sistema, que es como llaman en Nápoles a la Camorra: La droga en Scampia y el reclutamiento de niños para el mercadeo; la industria textil en Tersigno, realizada con sueldos miserables para luego ser vendida en las tiendas de lujo; o los residuos tóxicos que desde hace treinta años la Camorra entierra e incinera en muchas zonas del Casertano y la Campania por encargo de grandes empresas del norte del país. Estos son algunos de los temas que Garrone pone en imágenes con una cierta “mirada neorrealista”. Empresarios inmorales, jefes mafiosos, matones…, son algunos de los protagonistas, pero también un sastre, un ama de casa, un niño de a penas ocho o nueve años, un contable….personajes de carne y hueso, personajes reales que intentan sobrevivir en un mundo de criminalidad que más quisiéramos que fuera una ficción en la pantalla que una dura, durísima realidad en la que se ven inmersos día a día, en un país “civilizado” como Italia, y en un continente como el Europeo en el que no hay guerras “oficiales” en curso. Llama la atención como en varias ocasiones, dos de los protagonistas más jóvenes de la película exclaman enfáticamente la frase “Esto es la guerra!”, cómo justificando sus acciones y las del resto del Sistema. Terrorífico.
La película de Garrone es una muy buena oportunidad, finalmente, de desmitificar la imagen distorsionada que el cine ha dado del mundo de la mafia y de conocer de una forma honesta y valiente un fenómeno atroz, sobre un imperio criminal ya globalizado, como el de la Mafia, que va más allá de las ideologías y las fronteras, y al que no podemos dar la espalda. Saviano está amenazado de muerte por los bosses de la Camorra y vive con escolta a raíz de publicar su libro, el fruto de unas exhaustivas investigaciones sobre las que se ha basado esta película. Algo va mal en un país, que permite que esto suceda.