"Los edukadores" es pues un soplo de aire fresco que he conseguido ver muy oportunamente seis años después de su rodaje y que no ha perdido ni un ápice de su vigencia, más bien al contrario, es una película que viene como anillo al dedo en estos momentos en los que la crisis económica arrecia con más virulencia. El filme está plagado de diálogos sin desperdicio y reflexiones muy acertadas, que dan en el quiz de la cuestión: vivimos una dictadura del capital y somos prisioneros de nuestras propias posesiones. Pero aún así, aunque se trate de una película de denuncia, una película comprometida, no es una historia maniquea, ya que muestra las contradicciones y puntos de vista de un lado y el opuesto, dando a entender que todos somos víctimas de un sistema depredador y despiadado, y nos hace pensar sobre el por qué y el para qué de las acciones de cada uno de los protagonistas: por una parte los tres jóvenes y por otra, el acaudalado hombre de negocios cincuentón, heredero de mayo del 68 y que se ha convertido precisamente en el tipo de persona contra quien luchaba en su juventud.
Decía el director en una entrevista que le realizaron con motivo del estreno de la película que uno de los temas principales que trata el filme es la necesidad de deshacerse de los temores. Esta reflexión encuentro que es importantísima y que refleja claramente el sentido del filme. Decía, así pues en la entrevista que "es importante poner fin a la ansiedad, dejar de preocuparse por la seguridad. La libertad es más intensa que la seguridad, también es más emocionante. Las recompensas son mayores. Tengo una noción muy particular de lo que significa el ser humano. Creo que los seres humanos son nómadas, necesitan ser libres. Hoy en día, muy pocos lo son. Alguien dijo una vez: “Lo que posees acabará por poseerte”.